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ENTREVISTA A

Dalila Martínez Hall

Directora y socia de la Agencia D´Hall Cuidados S.R.L

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CLAUDIA
BERNAL

1. Sabemos que desde hace poco tiempo están emergiendo nuevos servicios de gestión privada encaminados al cuidado de personas mayores. Nos gustaría conocer de vuestra experiencia. Cuéntanos, ¿desde cuándo funciona D´Hall Cuidados S.R.L? ¿Es la primera experiencia trabajando con personas mayores? ¿Cómo ha sido el proceso como emprendimiento?

 

Desde el año 2017 ejerzo como trabajadora por cuenta propia (TCP) en la gestión privada para trabajar en el cuidado de ancianos, discapacitados y personas enfermas. Mi formación es de enfermera, vengo trabajando con las personas enfermas y sobre todo con los adultos mayores desde que culminé mis estudios. Pero como MIPYME es muy reciente, desde el 30 de noviembre de 2023, que fuimos aprobados, lo cual nos tiene muy contentos pues influye en la posibilidad de ampliar nuestros servicios. Se puede hacer mucho para el adulto mayor, para los discapacitados, para las personas con enfermedades en estado terminal, hay una necesidad bien grande en este sector de personas que necesitan de cuidados especializados. Al ser una empresa podemos ganar en calidad y brindar una gama mayor de servicios, porque tenemos muchos sueños. Una supervisora me comentaba que yo era la experta en soñar y que esos sueños se hicieran realidad. Más que soñar, creo que tiene que ver con que me gusta pensar que el NO, no existe, no está en mi mente. Que las cosas demoren en llegar, que el camino se haga más largo está bien, pero que llegue lo que soñamos.

 

Yo también tuve la necesidad en un momento determinado cuando necesité los servicios de cuidadores. Mi papá falleció en el 2020, teníamos una relación muy bonita, y yo estuve ingresada en esa etapa final de mi papá. Soy única hija y tuve que recurrir a los servicios de cuidadores. Ya en ese momento yo trabajaba como cuidadora, pero estaba imposibilitada y fue cómo entendí las causas por las cuales las personas buscan cuidadores, que son diversas. Hay personas que tienen la necesidad de que sus familias estén bien cuidadas. Vivir la experiencia fue lo que me dijo, esto hay que hacerlo y hay que hacerlo bien.

 

Hay personas que incluso quieren atender a su familiar, pero a veces no saben cómo hacerlo y necesitan ayuda profesional, de personas que tengan más experiencia. A veces la economía no da para contratar a un cuidador, pero si podemos orientarlos en cual es la mejor manera para hacerlo. Este es un servicio que estamos ofreciendo en materia de formación y cuidados. Queremos asesorar a las personas, prepararlas para cubrir las necesidades de su familiar de la mejor manera.

 

2. ¿Qué necesidades sienten que están cubriendo en las personas mayores, cuál es el enfoque de trabajo con los cuidadores? ¿Han descubierto en esas necesidades alternativas para poder ayudarles a solucionarlas? ¿Cómo?

 

Hace poco tuvimos la visita de una experta alemana especializada en temas de cuidados y luego de varias horas llegábamos a la conclusión en el conversatorio de que la vida nos enseña a cuidar a nuestros niños, pero no nos enseña ni nos prepara para cuidar a nuestros ancianos. En la etapa de la adultez cuidamos a nuestros padres, a nuestros abuelos, pero no involucramos a nuestros hijos en estos cuidados, entonces va pasando la vida y no los enseñamos. Llega el momento en que nos tienen que cuidar a nosotros y no los enseñamos y ellos tienen que asumir ya como adultos una tarea para la que no se prepararon ni aprendieron a hacer.

 

Las mujeres cuando están embarazadas, enseguida, la madre o la abuelita les enseñan cómo cuidar de un bebé. De niños tenemos muñecos en forma de bebé y se les enseña a cómo cuidarles, pero no le das un ancianito para que lo cuide. No estamos preparados. Muchos cuidadores cuando llegan nos dicen “Cuidar a un anciano es como cuidar a un niño”. Nada que ver; al niño le enseñas a comer, atarse los zapatos y cuando lo hace es un logro, una satisfacción enorme que sientes y que aplaudes; pero un anciano con demencia va perdiendo capacidades, y aunque intentes que sea independiente, tiene siempre un grado de dependencia, a pesar de que con un buen manejo pueda lograr tener cierta independencia.

 

Si no estamos claros de eso viene la frustración, porque ves que avanza y de pronto hay un retroceso, no hay frases que den aliento ante ello. El cuidador debe saber que con un buen manejo y cuidado puede mejorar la calidad de vida de esa persona, pero hay cosas que simplemente no dependen de ellos. Cuando se cuida a un niño todos son logros, en el cuidado del anciano puede haber una mejoría cuando empecemos su cuidado, luego viene un tiempo de estabilidad y puede ir la pendiente hacia abajo porque es la realidad de esa etapa.

 

En cuanto al enfoque de trabajo que tenemos con los cuidadores lo hemos separado en varios puntos. Primeramente, hacemos un taller de selección y dentro de este taller los capacitamos. El hecho de que un cuidador tenga una formación en salud no implica que esté totalmente capacitado para realizar la labor. Hacemos las evaluaciones de carga emotiva de los cuidadores para valorar psicológicamente si están aptos para trabajar como cuidadores. En la capacitación damos herramientas de manejo con la familia, de psiquiatría social, herramientas para poder trabajar; como mecánica corporal y una parte que está referida al entorno legal que hay sobre el trabajo del cuidador en el ámbito privado en Cuba. Esta parte se enriquece mucho porque todos hacen una lluvia de ideas donde analizamos expectativas y limitaciones y cómo podemos ayudar como cuidadores a mejorar la vida de los clientes.

 

También pedimos referencias de los aspirantes a cuidadores, tratamos de verificar la información y acostumbramos a trabajar por grupos de trabajo. Siempre tratamos de negociar con el cliente que no sea solo un cuidador para que puedan rotar, para que estén pendientes cuando haya cansancio o alguna eventualidad y no se quede el cliente sin el servicio del cuidador. Tenemos un equipo de supervisores que revisan la satisfacción y la calidad de servicio, guían los planes especializados que hacemos para cada cliente de acuerdo a sus necesidades. Están al pendiente de cada detalle que pueda necesitar el cliente, cuándo avisar a la familia que la persona cuidada necesita acudir al médico, seguir las indicaciones que han sido prescritas, velar porque los cuidadores estén al pendiente de cuáles son las necesidades puntuales que puedan tener quienes reciben el servicio. También vamos tratando de establecer alianzas con otros negocios para saber lo que nos pueden ofrecer para mejorar nuestros servicios y hacer cada día un trabajo más integral.

 

3. Hemos visto que ofrecen varios servicios en sus documentos informativos. Nos gustaría que comentara respecto de vuestra oferta y cómo han sido acogidos. ¿Qué perfil de personas mayores se benefician de sus servicios?

 

El servicio del cuidado personal que es nuestro servicio líder lo hacemos en el domicilio de las personas que demandan atención y en hospitales, que es el que más aceptación y demanda tiene. El cuidado domiciliario es más demandado por adultos mayores, que se encuentran solos en el país y también por familias que tienen personas con demencia. En el servicio hospitalario hemos tenido clientes mayores y también puérperas, o personas que se han sometido a un proceso quirúrgico, pacientes de cáncer que necesitan de la ayuda y cooperación de la agencia. Sin embargo, nuestro cliente estrella es el adulto mayor.

 

Tenemos otros servicios como el de lavandería, el cual lo piden muchas personas de provincia que se encuentran de manera transitoria en instituciones aquí en La Habana, o personas que ya tenían el servicio de cuidados en la casa y que ingresan a un hospital por alguna situación. Ofrecemos el servicio de transportación a consultas a través de la asociación con negocios de este tipo. Como parte del intercambio que tenemos con nuestros clientes, a aquellos que las circunstancias lo permiten, les celebramos el cumpleaños con un “motivito”. Pronto estaremos abriendo el servicio de excursiones.

 

4. ¿Cuál es el perfil de las cuidadoras? ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajo con estas personas?

 

La mayoría de los cuidadores que tenemos contratados pertenecen al ámbito de la salud. Son personas que trabajaron en salud pública o que tienen algún tipo de formación en esa área, ya sean enfermeros, médicos, fisiatras, traumatólogos, entre otros. La mayoría de ellos se ha desvinculado del sector estatal. También tenemos personas que no han estados relacionados con el sector de la salud, pero traen la experiencia de vida de cuidar a un familiar. Con ellos reforzamos la capacitación, vemos sus potencialidades, les damos un poco más de herramientas. Todos pasan un taller de capacitación y luego de ese primer taller, según las necesidades que van detectando los supervisores, reciben capacitación especializada para mejorar las competencias en las áreas más débiles.

 

En cuanto a temas de seguridad, desde un inicio informamos sobre las reglas a cumplir a los cuidadores e insistimos mucho sobre su cumplimiento. Por ejemplo, que enseñen su bolso antes de salir de la casa para evitar dudas, que no deben salir de la casa en horario de trabajo, que siempre que el cliente haga algún comentario sobre un objeto perdido muestren sus pertenencias, que no puede acceder nadie a la vivienda por parte del cuidador, cuestiones de este tipo. Siempre es un reto, hay que negociar mucho con el cliente, porque hay que tratar de alinear las necesidades del enfermo, las de la persona que está pagando ese servicio y los servicios que ofrece la agencia.

 

5. Han comenzado a impartir talleres, ¿han pensado realizarlos con cierta periodicidad? ¿Cómo los organizan?

 

Los talleres para nuestros cuidadores queremos hacerlos mensualmente. También en alianza con el Centro Loyola, queremos impartir talleres dentro del proyecto Otoño para sus usuarios y uno más en específico para los cuidadores que puedan necesitar formación y que se acerquen al Centro. También tenemos proyectos en el callejón de Hamlet y nos interesa sumar a todas las personas que quieran participar y colaborar juntos. La posibilidad de tener espacios en el Centro Loyola para intercambiar experiencias y formar en materia de cuidados nos hace muy felices.

 

Existen las escuelas de cuidadores que gestiona el Estado, que en dependencia del municipio funcionan de una u otra manera, en algunos mejor que en otros, y queremos reforzar ese trabajo. Nuestra intención no es solo publicitar la Agencia, es que se vaya ganando en conocimiento de como cuidarse el cuidador, de cómo debe cuidarse el adulto mayor sano, cómo el cuidador se puede preparar para brindar mejores cuidados, ya sea a un familiar o desempeñándose en la gestión privada. Nos interesa compartir las experiencias que hemos tenido en estos años, y desde la parte social, que podamos ayudar a la sociedad cubana.

 

6. ¿Cuál es el alcance geográfico y de población que tienen como emprendimiento, en qué zonas están trabajando? ¿Llegan a las zonas rurales también?

 

Trabajamos en toda La Habana y en Artemisa también. Aún no tenemos una sede allá, pero esperamos poder tenerla este año. Hemos trabajado con estos casos porque han estado hospitalizados acá, han solicitado nuestros servicios y se han sentido bien atendidos y satisfechos para pedirnos que nos traslademos con ellos a su residencia. Hemos ofrecido servicios en Mariel, Bauta, la propia cabecera de provincia y en La Ceiba, de los cuales hemos obtenido buen grado de satisfacción.

 

Precisamente en este indicador de satisfacción hemos comenzado a medir el impacto que estamos teniendo como agencia, sobre todo en las redes. Vamos aprendiendo, es un camino. Ya estamos en , que es una plataforma que reúne agencias de cuidados y bienestar en Cuba, tanto estatales como privadas. En el año 2023 atendimos alrededor de 100 clientes. Hay casos que atendemos por meses y sentimos una satisfacción muy grande cuando la persona se recupera y hay casos que tristemente tienen una estadía corta con nosotros pues están en la etapa final de su enfermedad. Por ejemplo, tenemos un caso que comenzó en enero de 2023 y que aún lo estamos atendiendo.

 

Atendimos a una persona mayor que nos causa mucha satisfacción. Milagros, una señora de 82 años, con una fractura de cadera, vivía sola, estuvo cuatro meses con nosotros. Vivía en un tercer piso, los primeros días para lograr que bajara las escaleras llevó constancia y paciencia, pero logró bajarlas y ser más independiente. Obviamente no siguió viviendo sola, pero sí logró volver a caminar y tener esa autonomía, evitar las complicaciones que trae el estar postrada más la fuerza emocional que tiene el volver a recuperarse. Historias como estas nos hacen sentirnos bien.

 

También hemos recibido críticas, porque hay personas que creen que debe ser un servicio gratuito, porque es como nos formamos y la ideología que traemos. Pero hay una necesidad que va en aumento. El envejecimiento poblacional, la cantidad de personas que se han quedado con limitaciones de movimiento y problemas después del aislamiento por la pandemia del COVID-19, el proceso migratorio que ha sido bien grande y que ha dejado a muchos adultos mayores solos y otros que aunque no tan mayores, por procesos de enfermedad, han necesitado de ayuda y han tenido que contratar nuestros servicios.

 

Es un proceso de cambio de mentalidad que irá a su ritmo porque realmente estamos cubriendo una necesidad y hay cosas que hacemos por amor, como celebrar los cumpleaños. Sentimos un llamado hacia la responsabilidad social, pero debemos monetizar los servicios porque también tenemos que vivir. Es curioso que muchos de los familiares de nuestros clientes que residen en el exterior trabajan como cuidadores, y ellos pagan gustosos para que se les cuide acá a sus familiares.

 

7. ¿Qué necesidades formativas y de conocimiento acerca de los temas relacionados con el adulto mayor y sus cuidados han identificado como de mayor demanda?

 

Las necesidades están más bien dirigidas a lo social, a la psicología y a la clínica. Falta mucho en el manejo psicológico al adulto mayor, en materia de brindarle apoyo a la familia que tiene a un ser querido en estado terminal, es difícil tener empatía. Manejar las situaciones que viven cada una de esas familias por separado. Cómo manejar desde el punto de vista de la psicología las diferencias que puedan existir entre la manera de pensar de la familia y del cuidador.

 

Por otra parte, nos falta preparación en el manejo de la medicina natural, de la medicina china. Hay cosas que se pueden resolver con estas alternativas y por no tener el conocimiento no lo podemos aplicar. Buscar alternativas para lograr la sanación del alma, las energías, de pensar positivo. Los ancianos se abruman mucho con el estrés de sus jóvenes, porque ven que hasta ayer ellos podían hacer por sus seres queridos y ahora no pueden hacer de la misma manera. Sienten que son una carga. Lograr tener las herramientas para enseñarles a los mayores cómo lidiar con esos pensamientos y con esa depresión que puede traer aparejada es un gran desafío.

 

8. ¿Qué ideas y propuestas de recomendaciones de políticas haría en función de su experiencia?

 

Para los cuidadores proponemos políticas de cuidados para ellos mismos, cómo pedir ayuda, cómo cuidarse ellos, cómo crear redes de apoyo más sólidas y con mayor divulgación. Para los mayores enseñarles cuáles son sus derechos, cómo llevar una vejez saludable y cómo fomentar la participación de la familia desde edades tempranas en el cuidado del mayor. Como adultos debemos aprender a darles participación a los niños. Ellos son tan sensibles que empatizan instantáneamente con los mayores. Somos los adultos los responsables de generar esa participación.

Se requiere seguir fortaleciendo la capacitación y conocer de experiencias similares, ya sea en Cuba o de otros países, para intercambiar recomendaciones que nos permitan mejorar nuestros servicios. Sería importante poder crear lazos con enfermeras jubiladas, que podamos interconectar y colaborar.

 

Muchas gracias por la confianza.

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