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"De cara a la ciudadanía, ha sido el cambio cultural, puesto que el sistema de cuidado pretende la redistribución de los cuidados y sigue existiendo una resistencia a esa idea, tanto de parte de las cuidadoras como de los hombres que no cuidan"

Natalia Moreno

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Entrevista a:

NATALIA MORENO

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Por:

MARIA ALEJANDRA LACHE

Natalia Moreno es economista con Maestría en Género aplicada en la economía del cuidado por la Universidad Nacional de Colombia. Actualmente es directora del Sistema de Cuidados en la Secretaría Distrital de la Mujer en Bogotá en Colombia. Es vocera de la campaña Menstruación Libre de Impuestos que permitió eliminar el IVA a todos los artículos de higiene menstrual en Colombia.

En esta entrevista Natalia Moreno nos habla acerca de los avances legislativos en materia de cuidados en Colombia, centrándose en su experiencia académica y laboral en la ciudad de Bogotá. Nos cuenta también sobre los avances y los retos del Sistema Distrital de Cuidado en Bogotá, pionero en implementarse en Colombia y en América Latina.


¿Cuáles son los avances legislativos en Bogotá y en Colombia en materia de cuidados?


Inicialmente, en Colombia tenemos la Ley 1413 de 2010 sobre economía del cuidado, que exige al DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística) la medición permanente de la contribución de la mujer y de la economía del cuidado a la economía del país, para poder tener y utilizar datos en materia de cuidados.


También, en los planes de desarrollo de los dos últimos gobiernos (a cargo de los expresidentes Juan Manuel Santos e Iván Duque) se logra incluir el tema de los cuidados dentro de las bases técnicas de sus planes de desarrollo. Sin embargo, no se logró que estos pasaran a una norma superior como una Ley o una política pública, sino que quedaron a nivel de planes de desarrollo. Como consecuencia, con la culminación de cada gobierno estos planes se interrumpieron.

 

A nivel nacional también hay existen decretos y unas Comisiones Nacionales en temas de cuidados, pero finalmente el Sistema de Cuidado no existe a nivel nacional y tampoco existe una política de cuidados.


A nivel de Bogotá, el Sistema Distrital de Cuidados queda reglamentado por primera vez en el Plan de Desarrollo Distrital en la actual alcaldía de Claudia López. Para ello se crea el Decreto 237 de 2020 por la Comisión Intersectorial del Sistema Distrital de Cuidado con su mecanismo de gobernanza. También cuenta con la autorización del CONPES 14, que es la política pública de mujeres y equidad de género 2020-2030, que incluye el cuidado como parte de dicha política. Adicionalmente, existe el Decreto 555 de 2021 a través del cual el Sistema de Cuidado queda como una estrategia fundamental del Plan de Ordenamiento Territorial.


¿Cuáles considera que serían las principales demandas y retos que el Estado debería priorizar en la actualidad en materia de cuidados?


A nivel nacional el gran reto es crear un sistema nacional de cuidados. Lo mismo pasa a nivel distrital, ya que la vigencia del Sistema Distrital de Cuidado culmina al finalizar el gobierno de la actual alcaldesa, por ser parte de su Plan de Desarrollo. Por esta razón, es fundamental que se cree una ley propia que reglamente el Sistema Distrital de Cuidado. Este sería uno de los grandes retos que tenemos en los próximos años a nivel nacional y distrital.


¿Cuáles son las principales áreas de vulneración en materia de derechos humanos de las personas mayores y de sus cuidadores dentro del país y del distrito?


La ausencia de un sistema de cuidado que permita reconocer que el cuidado es un derecho y que atribuya funciones muchos más amplias al Estado frente a su responsabilidad en la garantía de los cuidados es una vulneración, porque esta ausencia permite que se sigua reproduciendo un modelo familiarista, donde las mujeres son las principales cuidadoras de niños, niñas, personas mayores y personas con discapacidad.  Y aunque en ningún sentido se plantea que las mujeres dejen de cuidar, se requiere que haya un mayor equilibrio en las cargas. El problema no es cuidar, sino hacerlo de manera desproporcionada, que es lo que ocurre en la actualidad. Entonces, al no tener un sistema nacional de cuidados y no contar con una política en donde el Estado sea responsable de garantizar el derecho al cuidado, lo que sigue es la reproducción de un modelo desigual, sobre todo para las mujeres. Son ellas quienes se siguen haciendo responsables de una labor que es un trabajo, que requiere ciertos requisitos profesionales y por eso debe ser un derecho. La ausencia de este sistema hace que no beneficie ni a quien cuida, ni a quien requiere el cuidado o el apoyo.


Inicialmente no beneficia a las cuidadoras porque termina siendo un trabajo gratuito, sobrecargado, que genera pobreza de tiempo para ellas, ya que terminan asumiendo altas cargas de cuidado y eso limita su participación en muchos otros campos como en la educación, en el autocuidado, en la política, en la generación de ingresos, etc. La mayoría de las cuidadoras en Colombia no pueden generar ingresos, porque se dedican principalmente a este trabajo sin ninguna remuneración. Por otro lado, tampoco beneficia las personas que requieren cuidados, porque el Estado tampoco está garantizando un servicio o una asistencia profesional. Entonces, la ausencia del sistema de cuidado vulnera, a mi juicio, a quien cuida y a quien requiere el cuidado, ya que reproduce un modelo en donde las familias siguen siendo las principales llamadas a atender estas necesidades de cuidado. Sin embargo, considero que la lógica ha cambiado, en cuanto a que todos y todas entendemos que los cuidados son una necesidad común de la sociedad y que en ese sentido el Estado tiene una responsabilidad mayor.


¿Cómo surge el Sistema Distrital de Cuidado, en qué consiste?  


Surge por un acuerdo que la alcaldesa firmó antes de ser electa con el movimiento de mujeres, gracias a la incidencia e iniciativa ciudadana. Como cumplimiento de ese pacto, la alcaldesa lo incorpora en su Plan Distrital de Desarrollo, siendo el Sistema de Cuidado una ley de ciudad. Lo que sucede es que tiene una vigencia corta, que son 4 años. Queda reglamentado en el plan de desarrollo y posteriormente en dos políticas públicas, la política pública de Mujeres, Equidad y Género y la política de Ordenamiento Territorial. 


El sistema de cuidados tiene diferentes estrategias, entre ellas las Manzanas de Cuidado que operan y brindan servicios en el territorio, sobre todo en la parte urbana de la ciudad. Proveen formación para cuidadoras, atención psicológica y física para ellas, y brindan servicios de cuidado para quienes lo requieran. También existen otras estrategias como los buses del cuidado, que van a las partes rurales de la ciudad y el programa Bogotá te cuida en casa, que consiste en llevar los servicios directamente a las casas de las personas cuidadoras. Está enfocado principalmente en los hogares de personas con discapacidad o personas mayores, que no pueden salir de la casa por restricciones de movilidad.

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¿Cuáles han sido las principales limitaciones que ha presentado el sistema de cuidado hasta el momento?

De cara a la ciudadanía, ha sido el cambio cultural, puesto que el sistema de cuidado pretende la redistribución de los cuidados y sigue existiendo una resistencia a esa idea, tanto de parte de las cuidadoras como de los hombres que no cuidan. Hay cuidadoras que no reciben bien el programa porque sienten desplazada su identidad, diciendo: “no, si yo vengo a cuidar, y también viene el estado a cuidar, entonces ¿yo qué voy a hacer?” o “esta es mi responsabilidad, nadie lo va a hacer mejor que yo”, etc., y así mismo hay hombres que dicen: “no, yo no tengo por qué cuidar”, o “eso no es de hombres”, etc. Esa es una limitación de cara a la implementación en la ciudadanía, que sigue siendo un reto.

Otra limitación que tenemos es la articulación interinstitucional. El sistema de cuidado articula servicios de más de 15 entidades. Aunque contamos con un mecanismo de gobernanza que se creó con el Decreto 237 en donde queda claro qué sectores tienen que hacer parte del sistema, cómo aportan, qué servicios ponen, etc., no estoy segura que a través de un decreto y una comisión interinstitucional sea suficiente para garantizar a futuro que esta articulación sea sostenible. Digamos que, en este momento, a mi juicio, funciona muy bien porque hay voluntad política favorable por parte de la alcaldesa. Pero no sé si a futuro sea el mecanismo idóneo para que esta articulación de instituciones se mantenga. El sistema no es sistema si no articulan servicios y políticas y la manera en que se articulan esos servicios y esas políticas deben tener un mecanismo sólido de gobernanza. De ahí que creo que fortalecer ese mecanismo seguirá siendo un reto.

También hay personas que dicen que sería importante que Bogotá creara un instituto de sistema de equidad y cuidado para que fuera más robusto y así mismo más sólido el sistema. Así que tenemos muchos más retos, por ejemplo, el de monitoreo y producción de datos de un sistema de información que pueda centralizar todos los resultados del programa. También a nivel de financiación sigue habiendo retos, ya que los recursos de los distritos dependen en gran medida de su recaudo propio, pero en gran parte también del recaudo nacional, de las transferencias que hace el gobierno nacional que siguen siendo insuficientes. De cualquier modo, hay que tener en cuenta que es un sistema nuevo, que lleva menos de dos años, por lo que sigue teniendo diferentes retos.

¿Estas entidades que mencionas que están articuladas, son de carácter público? ¿Cuál es el papel de la sociedad civil y las organizaciones privadas?

El Decreto 237 crea la Comisión Interinstitucional y también crea un mecanismo de participación ciudadana, por lo que actualmente hay una norma que obliga a la Comisión Interinstitucional del Sistema de Cuidado a tener una relación directa con la ciudadanía y con sus representantes. Define bien quiénes de la ciudadanía deben participar, como el Consejo Consultivo de Mujeres, el Consejo Distrital de Sabios y Sabias, el Consejo Consultivo LGBTI, el Consejo de Niños y Niñas, etc. En efecto, existe una relación y un seguimiento directo de la ciudadanía sobre la implementación de los resultados del sistema. También abre la puerta a tener interlocución con el sector privado. Uno de los principios del sistema es la corresponsabilidad, lo cual significa que los cuidados se deben proveer de forma corresponsable, no solo del Estado, ni solamente la familia, sino también el sector privado. Ese es un frente que todavía está en construcción, pero desde la norma se abre toda la posibilidad de que haya interlocución con la ciudadanía de manera obligatoria y con el sector privado cuando se considere.

¿Cuáles consideras que son las condiciones que deberían tener otros países o qué recomendaciones darías para que estos empiecen a implementar modelos de cuidados eficientes?

Es esencial que haya voluntad política y que haya Estados que entiendan y promuevan políticas de igualdad de género, porque en el fondo esto tiene todo que ver con la igualdad de género. Pero también tiene que ver con que haya presupuesto. Un país que no tiene presupuesto no puede garantizar el derecho al cuidado y en ese sentido el cuidado se vuelve una responsabilidad familiar por no tener recursos estatales para garantizar este derecho. También tiene que haber una ciudadanía que presione y un movimiento de mujeres que haga incidencia. Creo que esas son las condiciones necesarias para poder sacar adelante este tipo de políticas.

A continuación, les dejamos algunos enlaces mediante los cuales pueden conocer más de nuestro trabajo.

https://sistemadecuidado.gov.co/elcuidadoenamericalatina/

https://repositoriocdim.esap.edu.co/handle/123456789/24403

https://oig.cepal.org/sites/default/files/2010_ley1413_col.pdf

https://bogota.gov.co/yo-participo/plan-desarrollo-claudia-lopez-2020-2024/

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