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17 de octubre de 2023

NOTA DE PRENSA N° 9

INCREMENTO DE ADULTOS MAYORES EN SITUACIÓN DE EXTREMA VULNERABILIDAD  

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Viven de la caridad de los demás. Su vida transcurre en la calle, al sol, sin agua, con poca comida al día, de la calidad de sus alimentos ni hablar; realizan sus necesidades en público y duermen donde les sorprenda la noche. A veces piden una limosna, otras veces se sientan en silencio en algún lugar transitado y esperan por un acto de bondad de los transeúntes que no tienen menos problemas que resolver. La crisis sistémica que vive el país los afecta especialmente a ellos que se han quedado solos y han caído por debajo de los límites de pobreza, incluso para los estándares nacionales, que ya de por sí son bajos. 


Los adultos mayores en situación de calle, los que viven solos, los que no tienen un ingreso regular o aquellos a los que su mísera pensión no les alcanza ni para los gastos básicos, están viviendo sus últimos años en un calvario de escasez y desesperación. 


Es de conocimiento general que las casas de abuelos y los hogares de ancianos cubren solo una pequeñísima porción de la demanda nacional de cuidados y atención. Sin embargo, no existen soluciones alternativas eficaces para atender los casos más urgentes, aquellos que no cuentan con el respaldo de una institucionalidad que les asegure una base material digna de subsistencia. 


La dependencia de la ayuda caritativa y ocasional ha creado otro problema paralelo que es el de los llamados ancianos deambulantes, que cada vez se suman en mayor cuantía a los espacios públicos en busca de recursos para sobrellevar su situación. La inefectividad de los sistemas estatales de seguridad social y del tejido institucional de cuidados para sumar estas personas mayores a las redes de atención ni siquiera es tema de debate en los medios oficialistas. 


Se avizora una situación a mediano plazo que podría ser irreversible, atendiendo a los recientes anuncios emitidos por el gobierno de mayor escasez y limitaciones  en este nuevo escenario al que han calificado como de “contingencia”. La falta de inversión en las instituciones de cuidados, la falta de capital humano calificado y personal de asistencia y una larga lista de carencias materiales en todos los niveles pronostican un segundo semestre del año en condiciones críticas para los más vulnerables.


Con lo anunciado por el gobierno es de esperar un agravamiento de las condiciones de vida de las personas mayores, sobre todo si se tiene en cuenta que la escasez de medicamentos y alimentos está alcanzando niveles alarmantes.  ¿Qué va a ocurrir con estos adultos mayores desatendidos? ¿Cuáles son las estrategias nacionales y locales que se ha planteado el gobierno para atenuar la crisis? ¿Cuál es el espacio que queda para la crítica y el debate de las razones estructurales? Son preguntas que nadie ha sabido responder desde el aparato central del Estado y peor aún, son preguntas que los periodistas de la prensa oficial no han tenido el valor de formular a las autoridades competentes. Considérense estas líneas un llamado de alerta a la sociedad civil y a la ciudadanía. Es imperativo prestarle a este tema el mayor interés y exigir respuestas y soluciones a quienes ostentan el monopolio de los servicios de protección social en el país. 

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