top of page
4 (1).jpg

6 de octubre de 2024

NOTA DE PRENSA N° 14

Almuerzos “Especiales”: ¿alternativa al hambre?

MÁS NOTAS DE PRENSA

Duros fueron los meses de verano para la población cubana, en especial para las personas que poseen diversos grados de dependencia o vulnerabilidad. El hambre campea a su gusto entre los sectores menos favorecidos de la ciudadanía, quienes deben lidiar con largos cortes electricidad, escases de agua potable, el repique de las enfermedades contagiosas (propio de estos meses de verano) y la falta combustible e insumos para la cocción de sus alimentos.

En algunos puntos gastronómicos se ha implementado la “iniciativa” de ofrecer los llamados “almuerzos especiales”, que son variantes desmejoradas de las completas particulares [1]. En una indagación reciente obtuvimos la información de que estos almuerzos se están ofreciendo a los consumidores entre los 120 y 230 pesos en dependencia de su contenido. Usualmente se oferta arroz amarillo (sin contenido cárnico), alguna ensalada que puede ser col o pepino y alguna sopa o vianda hervida (la más frecuente, el boniato). La fuente de proteínas varía, puede ir desde medallón de pescado (poco demandado) hasta pollo, picadillo y muy raramente carnero o res, nunca un corte de primera ni de segunda.

Para adquirir estos almuerzos especiales, las colas pueden durar desde las 8 de la mañana hasta la hora de almuerzo y los precios no están al alcance de la mayoría de los necesitados. Estos precios pueden dar la impresión de accesibilidad, pero para los jubilados representan un importante desembolso. Por ejemplo, aquellos jubilados sin otra fuente de ingreso que su pensión, que suele ser la mayoría, el costo de un almuerzo “especial” equivaldría a entre 8 a 12 almuerzos al mes. Esto implica un gasto que no pueden permitirse la mayoría puesto que no podrían asumir el costo del resto de los alimentos del mes más todos los otros gastos diarios.

Aunque se ha popularizado la idea de que estos almuerzos son una solución al déficit de alimentación de los sectores menos favorecidos de la población, en la práctica hemos constatado que no satisface las necesidades de los más necesitados. En estos puntos, que venden los almuerzos “liberados” no solo se aglomeran adultos mayores sino también personas discapacitadas, casos sociales, personas de bajos ingresos, ciudadanos comunes del lugar y por supuesto, oportunistas. Estos llegan a comprar hasta veinte o treinta almuerzos, los “mejoran” y luego los revenden a pocas cuadras del lugar. Es una práctica inescrupulosa que suele abundar mientras más crítica es la situación económica y social. Sirva esta nota para comprender críticamente estas iniciativas gubernamentales, ponerlas en contexto y contribuir el conocimiento colectivo de estos fenómenos asociados a los tiempos de crisis que parecen alargarse en el tiempo, sin soluciones visibles en el horizonte.

 

[1] Platos generalmente compuestos de arroz, algún caldo, ensalada y algo de “plato fuerte” que puede ser perro caliente, pollo o carne. Estos son consumidos preferentemente por trabajadores del sector no estatal y personas con poder adquisitivo medio o alto. 

bottom of page