ENTREVISTA A:
Osmel Hernández Ravelo
Personas mayores, nuevas tecnologías y pedagogía de la ternura
Por:
CLAUDIA BERNAL
"...Pero yo realmente no quería trabajar con adultos mayores. Pero al final, ante las necesidades, tuve que comenzar a trabajar con ellos y poco a poco me enamoré de esta edad que nunca había antes experimentado dando clases. A partir de ahí, entonces, empecé a cambiar enfoques metodológicos que tenía..."
Osmel Hernández Ravelo, nació el 2 de junio de 1984. Vive en Jaruco, al Este de la Habana. Profesa la religión católica. Graduado del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona en 2016. Apasionado de la pedagogía, disfruta dar clases y descubrió a raíz de su experiencia personal cuánto disfruta y le aporta el trabajo enfocado en las personas mayores. Se desempeña en la actualidad como coordinador del proyecto Convivir, perteneciente al programa educativo del Centro Loyola Reina. Además, es el profesor de los cursos que se imparten en dicho Centro sobre telefonía móvil, manejo de redes sociales, computación y otras temáticas relacionadas con las nuevas tecnologías. Estos cursos están orientados especialmente al trabajo con el adulto mayor.
¿Cuál ha sido la motivación para trabajar en este proyecto con las personas mayores y las redes sociales?
En lo personal, la motivación inicial partió porque tuve que dejar de trabajar en la empresa donde venía laborando y se me presentó la opción de trabajar con adultos mayores. Pero yo realmente no quería trabajar con adultos mayores. Pero al final, ante las necesidades, tuve que comenzar a trabajar con ellos y poco a poco me enamoré de esta edad que nunca había antes experimentado dando clases. A partir de ahí, entonces, empecé a cambiar enfoques metodológicos que tenía. Empecé a investigar también otras teorías que existen en Latinoamérica, como es la pedagogía de la ternura y a partir de esta pedagogía es que he tratado de ir enfocando las clases. En este recorrido he comenzado a disfrutar del trabajo con adultos mayores, siento que es una retroalimentación de experiencias que enriquecen muchísimo la práctica docente.
Justo te iba a preguntar en qué medida tú has aprendido de ellos, qué te ha aportado este trabajo y por qué en un principio estabas negado a trabajar con los adultos mayores.
Desde que empecé a trabajar como docente había tenido experiencia de trabajo con niños, con adolescentes y jóvenes, pero nunca había trabajado con adultos mayores. Mi hermana sí trabaja con adultos mayores y tiene experiencia de trabajo de informática con ellos, incluso con programas específicos que tiene implementado para este grupo. Pero yo la veía a ella haciendo todo este trabajo y a mí no me motivaba para nada. Sentía que, por ejemplo, iba a presentarme en un lugar donde los adultos no iban a avanzar, o sea, como que iba a llegar y me iba a costar el trabajo, poder explicarles, y que ellos no iban a aprender. Esa era la visión que yo tenía acerca del adulto mayor.
¿Qué me pasó? Desde el primer momento que empecé con ellos, fue gratificante recibir esa retribución de que aprenden algo nuevo y lo expresan. Nunca lo había visto con niños.
Tampoco nunca había trabajado con niños en primera edad en la educación popular. Entonces, ¿qué sucede? Que cuando veo esta expresión en el adulto mayor, me enamoré. Me enamoré porque realmente te marca sentir que el trabajo que estás haciendo está llegando y está trascendiendo. En ese sentido, yo creo que fue una retroalimentación rica que me permite compartir con ellos la experiencia de enseñarlos. Más bien ha sido también un aprendizaje, porque como quiera que sea, uno aprende, te va aportando y enriqueciendo la práctica pedagógica. O sea, incluso después para el trabajo con otras edades, como adolescentes, que es una edad difícil, me ha sido muy favorable estar trabajando con adultos mayores. Siento que tengo más paciencia y que las experiencias con adolescentes también se pueden replicar en estas edades.
Es una ternura, la palabra es esa, la ternura que te transmiten. Y quizás es por la misma falta de afecto, de cariño, de atención que tienen muchos adultos mayores...
Yo siento que tengo que agradecerles mucho. Primero, porque yo siento que es el público más fiel que tiene el Centro Loyola. Y cuando hablo del público más fiel del Centro podría hablar que es el público más fiel que puede tener cualquier institución, porque Cuba es una población envejecida y como tal necesita más cuidado. Y uno aprende porque nosotros también vamos en camino a ese envejecimiento. De lo que aprendo de ellos a mí me gustaría que el día de mañana me traten como yo los trato a ellos. Pero también me gustaría el día de mañana poder tener ese optimismo que tienen ellos, de venir a una clase de informática, aprender algo nuevo, porque cuando yo tenga esa edad van a haber cosas nuevas. Y me gustaría aprenderlas y recordar ese momento que si ellos lo hicieron por qué yo también no lo voy a hacer.
Les agradezco muchísimo porque parte de mi crecimiento profesional se lo debo al adulto mayor. Me enfoqué en una etapa de la vida, en investigar cómo una metodología como la pedagogía de la ternura se podía fusionar con la teoría de los aprendizajes prácticos. Esto me hizo replantear el enfoque de mis clases y me permitió incluso salir a Lima en un momento dado a hacer una investigación sobre el adulto mayor. Si no lo hubiera hecho no hubiera conocido Perú, no hubiera estado en la universidad presentando esa investigación y eso lo recuerdo con mucho cariño. Incluso los adultos mayores me acompañaron y me preguntaban porque ellos sabían que iban a haber imágenes de ellos allí.
¿Cuántos años lleva trabajando con el adulto mayor?
Empecé en 2014-2015, aproximadamente.
¿Todos los años tiene cursos con ellos?
Empezamos con un grupo que llevamos 7 años trabajando en diferentes cursos que les fuimos ofreciendo, por distintos niveles. Durante 4 años pasamos por 7 niveles. De ellos hay algunos que están pasando el curso de telefonía móvil y el de redes sociales.
¿Qué tipos de cursos eran?
Empezamos con Windows, Windows básico, Office, Photoshop, redes sociales, Publisher, porque querían aprender a diseñar folletos, libros, almanaques. De estos cursos nació un emprendimiento, con una señora que hacía los almanaques de los compañeros del aula, los personalizaba y los vendía. De hecho, los arquitectos que han pasado cursos ya trabajan hasta AutoCAD.
¡Qué bien! ¿Cuáles considera que son los aportes que reciben las personas mayores gracias a estos espacios y cómo los valora?
Para mí el más importante es el acompañamiento emocional, el desarrollo de la competencia de desarrollo emocional. Digamos que llegamos a la tercera edad en una sociedad como lo es la cubana, que es cierto que está envejecida, y que no está envejeciendo con calidad, por todas las situaciones económicas que tiene el país. Existe, sin embargo, la posibilidad de venir a este centro, de recibir capacitación, de ser bien tratado. Para mí es la ganancia más importante, el acompañamiento, la contribución a la calidad de vida que les ofrecemos desde lo emocional.
El conocimiento de las nuevas tecnologías es algo que impacta positivamente porque el mundo de hoy se mueve a través de ellas y las personas mayores no suelen saberlas utilizar. Con estas clases se entrenan y actualización en su uso. Y lo otro en lo que estamos aportando es el acompañamiento a no estar solos. Porque muchos de los adultos mayores que vienen al Centro viven solos o no tienen familia, otros tienen las familias en el extranjero, entonces su única red de amigos que van creando es en el aula. Tienen los vecinos, pero en el aula se integran más.
También al usar las redes sociales vuelven a crear nexos y hacen contactos con familia y amigos lejanos.
Exacto. Otra de las cuestiones son las pasarelas de pago, que la mayoría ofrecen descuentos por su utilización, que, aunque sean muy pocos al adulto mayor le vienen muy bien. Ellos muchas veces no lo utilizan porque no saben.
¿Está trabajando con ellos en la capacitación para el uso y dominio de pasarelas de pago? Se ven muchos adultos que no saben utilizar los cajeros automáticos y ahora se agrega la problemática de las pasarelas de pago. ¿Qué está haciendo al respecto?
Exacto, estuvieron trabajando alrededor de cuatro semanas lo que era la aplicación de Transfermóvil, y Enzona, que queda pendiente para profundizar en los próximos meses. Este curso de verano ha sido muy corto y ellos necesitan aprender más aún, así que queda pendiente. Por ejemplo, de YouTube quieren aprender, porque no saben lo que es, pero escuchan de él. Escuchan que las personas dicen que cuando no saben algo van a YouTube. Por eso quieren aprender cómo es, cómo usarlo a su favor. Por esta razón, vamos a profundizar en estas redes, en la bolsa MiTransfer de Transfermóvil, porque es algo nuevo. Algunos de ellos reciben recargas internacionales y pueden utilizar ese monto, pero no lo conocen. Enzona les cuesta más porque el proceso de autenticarse es diferente, es más complejo. Lo vamos a trabajar próximamente.
¿Cuántos de los alumnos usan las redes sociales como único medio de comunicación?
Tenemos muy pocos alumnos que conocen y tienen dominio del uso de Facebook e Instagram. Por ejemplo, lo usan para leer, pero no saben publicar, ven las cosas que se publican. Muchos los tienen porque alguien se los instaló. Ahora, WhatsApp lo usan todos, solo tengo dos alumnos ahora que no lo usan y es porque les robaron sus teléfonos en la guagua. Y no tienen la vía para obtener uno nuevo. Aún así se mantienen viniendo a clases. El resto lo usa como la única vía para establecer contacto sobre todo con familia en el exterior. Es la vía más económica, acorta distancias.
Para terminar, ¿cuánto provecho tiene la interacción con las personas mayores en el Centro Loyola?
Me gustaría agregar que la experiencia del Centro en acompañar al adulto mayor es muy enriquecedora. Los adultos mayores se sienten acá acogidos, en su espacio, nunca faltan a clases. Esta no es la experiencia que traen de otros lugares donde se han sentido maltratados, donde no son respetados. Nuestro programa específico enfocado en el adulto mayor, con metodologías específicas para ellos, hace que el trabajo que se realiza aporte muy buenos resultados. Encuentran una comunidad de apoyo y aprendizaje.