ENTREVISTA A:
Yenia Pupo
Coordinadora del Programa Académico en el Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo, Cárdenas
Por:
CLAUDIA BERNAL
"...en los temas de cuidados queda mucho por hacer y más con los nuevos desafíos que implican para Cuba, el envejecimiento creciente de la población, la migración, la baja natalidad, la carencia de medicamentos, la poca disponibilidad de centros de cuidados para ancianos y los que existen tienen muy pocas capacidades..."
Hace un tiempo pudimos acercarnos a la hermosa y necesaria labor que realiza el Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo de Cárdenas (CCRD-C) en relación con las personas mayores. En esta oportunidad, nos gustaría conocer más sobre lo que están haciendo con quienes ejercen la labor de cuidado de estas personas. ¿Desde cuándo funciona la escuela para cuidadoras de personas mayores en la institución, es la primera experiencia?
El CCRD-C desde sus inicios ha pensado en la labor diacónica de atención a los ancianos, por ser un grupo meta que vive en ambientes, tanto familiar como social, de vulnerabilidad. Pero como Escuela para cuidadores/as es nuestra primera experiencia.
¿Qué necesidades sienten que están cubriendo en estas personas, cuál es el enfoque de trabajo con las cuidadoras? ¿Han descubierto en esas necesidades vías, alternativas para poder ayudarles a solucionarlas?
Esta Escuela es fruto de una alianza entre Salud Pública, Trabajo Social y el CCRD-C. Tiene como objetivo fortalecer capacidades en las asistentes sociales a domicilio y familiares, dotándolas de herramientas para contribuir al cuidado de los adultos mayores dependientes. Las personas que cuidan tienen sobre sí mismas el sostenimiento de la vida, el mantenimiento de los espacios y bienes domésticos, el cuidado de la salud, etc. Estas personas que cuidan necesitan de capacitación/formación, apoyo psicológico, así como, aprender a cuidar o sobre el propio autocuidado.
¿Qué actividades realizan? ¿Cuántas personas se benefician de estos cursos? ¿Cuál es el perfil de las cuidadoras? ¿Son cuidadoras remuneradas o familiares? ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajo con estas personas? ¿Qué métodos están utilizando en las clases?
Se realizan talleres, dinámicas grupales, sesiones teóricas y prácticas de técnicas de cuidado, también se entregan materiales de consulta. Las personas que participan en estos cursos agradecen mucho las enseñanzas, que se convierten en herramientas prácticas para el “buen hacer”. Han participado cuidadoras remuneradas, familiares y asistentes de pastorales de iglesias y del CCRD-C. Se ha utilizado una metodología interactiva, de intercambio constante para garantizar la motivación, facilitar el proceso enseñanza-aprendizaje. Ha constituido una experiencia de trabajo enriquecedora, en ambos sentidos (facilitadoras y beneficiarias), que nos enseña que debe reproducirse en nuevas ediciones.
¿Qué temáticas están abordando en la escuela para cuidadoras, cómo han elegido estos temas? ¿Sienten que cubren las expectativas y necesidades de las participantes? ¿Qué competencias pretenden formar en ellas?
Las temáticas que hemos abordado están relacionadas con los cuidados generales, la transferencia de la inmovilidad, la alimentación, estados confusionales, el manejo de la medicación y primeros auxilios.
Este espacio ha tenido muy buena acogida, ¿han pensado realizar la escuela para cuidadoras con cierta periodicidad?, ¿han logrado algún acuerdo con el ministerio de salud para que les apoyen con especialistas e información actualizada sobre los temas que imparten?
Sí, hemos pensado continuar con la escuela, al menos una vez por año, y en total coordinación con los especialistas de salud y los trabajadores sociales, así como otras organizaciones que quieran sumarse.
¿Cuál es su opinión sobre los principales avances en materia de cuidados y personas mayores en Cuba?
Creemos que en los temas de cuidados queda mucho por hacer y más con los nuevos desafíos que implican para Cuba, el envejecimiento creciente de la población, la migración, la baja natalidad, la carencia de medicamentos, la poca disponibilidad de centros de cuidados para ancianos y los que existen tienen muy pocas capacidades, el aumento de los precios especulativos sobre todo de los alimentos, todo lo cual pone a los ancianos como los más afectados, los que reciben el mayor impacto de la crisis actual. Se requieren medidas legislativas, políticas y medidas económicas en favor de una intervención oportuna y eficaz para atender a esta población. Se avanzó en tener un nuevo Código de las familias, que visibiliza a los ancianos y sus problemáticas, pero se requieren políticas articuladas de las instituciones, desde un enfoque centrado en las personas, donde el Estado sea el garante del acceso al derecho al cuidado, sobre un modelo donde todos somos responsables (sociedad, sociedad civil, sector privado, familias) y también desde el enfoque de género.
Además de la escuela para cuidadoras, ¿realizan otras actividades con las cuidadoras? ¿Cuán amplia es el área con la que están trabajando como institución con las cuidadoras y cuidadores, tienen contabilizado cuál es el alcance que están teniendo? ¿Llegan a las zonas rurales también?
Nuestro Centro realiza sesiones de autocuidado con nuestras asistentes del Programa de acompañamiento a estas personas que dependen de nuestros cuidados y asistencia. Nuestra labor, trasciende la ciudad y llega a las zonas rurales.
¿Conoce de otras organizaciones, fundaciones, programas, experiencias comunitarias en su territorio o en zonas cercanas que se dediquen a la atención de las personas de la tercera edad, que brinden servicios de cuidado y bienestar, ya sean privados, estatales o sin ánimos de lucro?
En la ciudad de Cárdenas esta labor de atención a personas de la tercera edad se realiza de manera voluntaria, sin ánimos de lucro, por parte del CCRD-C y algunas iglesias de la localidad.
¿Qué necesidades formativas y de conocimiento acerca de los temas relacionados con el adulto mayor y sus cuidados considera que son deficitaria y que serían de provecho a su equipo de trabajo?
Todas las temáticas referidas a los cuidados son de vital importancia, no deben faltar: el envejecimiento, su evaluación; necesidades de la persona enferma, cuidados personales; sobrecarga de las cuidadoras; elementos de salud mental; promoción de la autonomía personal; autoayuda; apoyo en las tecnologías. Por supuesto, todos estos conocimientos tienen un valor esencial para el equipo de trabajo, implicarían mayor bienestar y salud para beneficiarios y cuidadoras.
En Cuido60 estamos trabajando en varias áreas de atención a las personas mayores y sus cuidadores. ¿Qué ideas y propuestas usted haría para continuar mejorando la labor de incidencia que hacemos?
Es necesario sensibilizar a actores locales de los sectores vinculados directamente en las políticas de cuidados, sociedad civil, académicos, empresas y personas trabajadoras del sector; avanzar hacia diagnósticos más objetivos de las necesidades y posibles soluciones a los déficits de cuidados en cada comunidad, generar espacios de articulación para lograr acuerdos e implementarlos; establecer las competencias locales y plasmarlas e implementarlas en planes locales de cuidados; empoderar a las organizaciones de la sociedad civil mediante la transferencia de recursos y autonomía para que participen en las soluciones de los déficits de cuidados; colocar el tema en la agenda pública con el apoyo del sector académico; establecer diálogo nacional que permite darle sustentabilidad a las acciones o políticas de cuidados, que desde un Sistema Nacional se aterrice a cada territorio.
¿En qué áreas o iniciativas podemos colaborar, de qué manera? ¿Cómo podemos ayudarles?
La ayuda fundamental que se nos puede brindar es precisamente en la actualización de la información, pues sobre estos datos muchas veces no se encuentran a disposición nuestra y para poder ser efectivos en el trabajo, debemos dominar cifras más amplias, de alcance nacional.